La disputa
El PO fue la fuerza más votada de la ciudad de Salta en las
últimas elecciones municipales. Ello le permitió a esa expresión política
obtener 9 concejales sobre un total de 21. Sin embargo eso no le alcanza para
presidir el Honorable Concejo Deliberante de Salta, debido a que para hacerlo
necesitan un total de once adhesiones, dos menos de las que actualmente tienen.
De allí que los miembros del partido de ultraizquierda estén preocupados por no
poder lograr su objetivo y, paranoicos, hayan comenzado a denunciar que el PJ quiere bastardear la voluntad popular de manera tal que la presidencia quede en
manos de otra fuerza política que no sea el PO.
El PO quiere el control del Concejo Deliberante para plantear
una agenda propia y presionar con ello al Intendente. Saben que hay mucho
(dinero) en juego, y que no van a obtener los resultados que quieren si no consiguen primero imponerse en el recinto parlamentario.
Malos y peores
Carlos Zapata, Diputado Provincial electo de Salta Somos
Todos y Concejal saliente, dijo que Arturo Borelli –el candidato a la
presidencia del Concejo Deliberante por parte del PO– sería una opción “mucho
mejor que Rodríguez”. En esto coincido con Zapata: Tomás “Turi” Rodríguez es el
actual Presidente del cuerpo legislativo municipal y en los últimos años ha dado sobradas pruebas de ser un energúmeno, totalmente incapacitado hasta para ser
representante del pueblo.
¿Pero qué hacer ante esta situación entonces? ¿Hay que aceptar a Borelli porque, pese a ser un nefasto trotskista, es menos malo que Rodríguez? ¿Hay que dejar que una fuerza siniestra como el PO se apodere del Concejo Deliberante para desalojar a los incapaces del Oficialismo?
El nuevo Concejo Deliberante se compone por cinco bloques: el del Partido Obrero (9 concejales), el del Partido Justicialista (6 concejales), el del Partido dela Victoria (2 concejales),
el del Frente Salteño (2 concejales) y el de Salta Somos Todos (2 concejales).
El PJ y el PV responden al Intendente Isa, mientras que las otras fuerzas son, prima facie, Oposición. Siguiendo la lógica democrática (como hace, por ejemplo, Zapata), la Oposición debería
unificarse y darle la presidencia a Borelli, cediendo un voto del FS y uno de
SST al PO para lograr los anhelados once votos. Empero no es tan sencilla la
cosa.
El nuevo Concejo Deliberante se compone por cinco bloques: el del Partido Obrero (9 concejales), el del Partido Justicialista (6 concejales), el del Partido de
Un pacto republicano
Valiente mujer tratando de exorcizar a Gabriela Cerrano |
Hugo Daher es el autor del análisis quizás más lúcido sobre
el PO de los muchos que se han publicado en estas últimas semanas. Básicamente
Daher nos recuerda que el PO es ciegamente dogmático, y que su plan de acción
contempla como válida la aplicación de la violencia. Es decir el PO no es una
izquierda crítica que aprovecha las innovaciones para proponer soluciones
creativas a los problemas de la gente, sino que es un grupo retrógrado que habitualmente procede según lo que indica un manual escrito entre la segunda mitad del siglo
XIX y la primera del XX. Además su dirigencia se autopercibe como una
vanguardia iluminada, por lo que todo lo que no coincide con sus opiniones es
menospreciado y desacreditado de entrada. Prueba de esto último es la crítica que
un Claudio Del Plá embriagado de poder hizo contra la Iglesia Católica : según su
lógica, la Iglesia
no puede participar en política, pero la política si puede participar de la Iglesia.
Es por ello que creo que lo conveniente para los salteños es
aislar a los trotskistas. El PJ, el PV, el FS y SST deberían hacer un pacto republicano para anular las 9 bancas extremistas del PO. De esa manera se
podría, por ejemplo, elegir dos presidentes (uno de los bloques que apoyan a Isa y otro de los bloques que no lo hacen, para que
cada uno mande por el plazo de un año), y establecer una agenda común de temas
que excluya aquellos tópicos planteados por el PO y con los que se esté en peligro de
coincidencia con sus posiciones. Sería esa una buena forma de evitar tocar
temas como la promoción del aborto, ya que sabemos que el PO está a favor, pero
que además muchos de los miembros del PJ también lo están. Con el pacto republicano, los abortistas del PJ tendrían que llamarse a silencio, ya que
apoyar esa iniciativa equivaldría a utilizar la agenda del PO, algo que,
justamente, se está tratando de evitar para salvaguardar a la república de la
violencia comunista. Así ganaría Salta.
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