viernes, 12 de diciembre de 2014

Kirchnerismo: entre la demagogia y la tiranía

Algo característico del kirchnerismo es su trato hacia las mayorías y hacia las minorías. Socialmente los kirchneristas ejercen la demagogia, mientras que culturalmente son tiránicos. Es decir, cuando les toca enfrentarse a la mayoría que habita el país (los pobres) lo hacen del modo más demagógico posible. Y el resto del tiempo promueven un fetichismo por las minorías (homosexuales, presos, inmigrantes, etc), que hace que dichas minorías terminen gozando de toda clase de privilegios.

El único al que el kirchnerismo desprecia es al trabajador que se identifica simplemente como “argentino”. Ese tipo de persona que respeta las leyes, cumple horarios, vive de su esfuerzo, trata que a su familia no le falta nada, respeta al prójimo y ayuda a los vecinos es una suerte de enemigo del Modelo –y, paradójicamente, es el que mantiene vivo al Modelo, dado que es su principal financista. Cristina ama a todos excepto a ti.

martes, 9 de diciembre de 2014

Volver al futuro

La gente de El Diario de Salta publicó este artículo al cual adhiero: 
La lógica de la campaña –si puede llamarse así- implementada por los mercenarios “U” cuyo jefe y vocero es Santiago Manuel Godoy, transita sobre eje discursivo de presentar a Juan Carlos Romero como “el pasado que vuelve”, o “volver al pasado”. 
También intentan posicionar en el mensaje que la edad de Romero no se ajusta con una sociedad que se mueve en otro eje dinámico, en oposición a Juan Manuel Urtubey, a quien desean pintar como un paradigma de juventud política. 
Sin embargo, en los hechos la contradicción es notoria. Mientras Juan Carlos Romero avanza pausada pero firmemente en una construcción política con propuestas concretas, lo más interesante es que viene renovando estructuras, incluso las propias. 
Así, la salida del legendario Ángel Torres no es un dato menor, al que se suma que Romero viene “parando” ya candidatos en el interior y todas son caras nuevas, desconocidas para la política. 
Por el contrario, Juan Manuel Urtubey únicamente viene mostrando como posibles candidatos las mismas caras que hace décadas vienen lucrando con los cargos públicos, con un agravante, son todos traidores a su origen. 
A la cabeza de los “trans” (Según la RAE: “pasarse al otro lado”), se ubica el propio Santiago Godoy, experimentado camaleón político; luego, intenta posicionar a Pablo Kosiner, ex candidato a Vicegobernador del fallido Walter Wayar, quien también intenta reciclarse en el sector “U” camuflado en el Partido Cabildo Abierto, junto a Javier David, quien no encontrando espacios en el romerismo cometió la última felonía de “trans” pasarse al lado oficialista. 
No sólo son personajes desgastados, sino que además ni siquiera resultan ejemplos de coherencia política, sino sólo simples oportunistas sin valores personales ni tampoco ideológicos. 
La apuesta no es menor y resulta que Juan Carlos Romero le propone a la sociedad algo que nadie hizo hasta ahora, como es instalar un semillero de nuevas figuras, en contraposición a Juan Manuel Urtubey, cuya afición por los funcionarios mediocres no le permitió generar figuras nuevas y ahora tiene que echar mano al museo de cera de la política salteña.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Devolverle a Orán lo que le pertenece

El Diputado Provincial Nieva presentó un proyecto para trasladar la capital a Orán. Me parece un idea estupenda. La capitalización de Orán es la verdadera reparación histórica que la zona necesita. San Ramón de la Nueva Orán existe desde 1794, fue partícipe de las Guerras de Independencia y barrera de contención de las amenazas chaqueñas. Un espacio de gloriosa argentinidad en medio de la selva. En el primer lustro de la década de 1880 Orán estuvo a punto de convertirse en capital de una nueva provincia argentina, pero ello nunca sucedió debido a la negativa del gobierno salteño a desprenderse del territorio. Una forma auténtica de retribuirle a Orán todo lo que se le debe sería capitalizando a la ciudad. Así podría empezar Orán a transitar su camino hacia la paz y la prosperidad que le viene siendo negada desde hace demasiado tiempo.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Sindicato de presos: el país al revés

El preso está preso porque así lo quiso, por tanto mientras esté dentro de un penal no puede comportarse del mismo modo que alguien que está afuera. Al entrar a una cárcel, al preso se le conculca el derecho a la libre circulación. Si queremos que la cárcel sea una escuela de ciudadanía (y no una de delincuentes o vividores como lo es en la actualidad), entonces no basta con conculcar ese derecho, también hay que limitar o reinterpretar otros. ¿O cómo esperan que el criminal cambie su mentalidad si sólo se lo encierra diez años y se le pide que revea su vida?

Por ello el Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (S.U.T.P.L.A) es una falta de respeto a las víctimas de los delitos. La solución para el tema del trabajo en las cárceles es simple: el preso debe trabajar obligatoriamente para que el 50% de su salario lo mantenga a él durante su encierro, y el otro 50% le sirva a su víctima como compensación por el daño que le ocasionó. 

Es decir si el preso recibe 4.400 pesos, 2.200 serían para la víctima, y los otros 2.200 para pagar su alimento, los servicios de luz, agua y gas, los elementos de higienización, el cuarto en el que duerme, el entretenimiento, etc. De ese modo un sujeto viviría en la cárcel del mismo modo en el que vivimos todas las personas que estamos fuera de ella.