domingo, 26 de abril de 2015

¿En Salta no pero en Santa Fe si?

En Santa Fe se comprobó que el frente gobernante realizó un fraude escandaloso en las PASO celebradas en su provincia. El kirchnerismo fue quien más insistió en el tema. 

En Salta la denuncia es similar, sin embargo el kirchnerismo mantiene un silencio casi total, y cuando hablan sólo es para decir que la elección fue limpia y legítima. ¿Para los K es algo imposible que haya habido fraude en Salta pero es totalmente real que lo hubo en Santa Fe? 

lunes, 13 de abril de 2015

La “tramparencia”

Una vez más, la democracia argentina produjo un fraude. Y un fraude escandaloso. Más allá de la catarata de denuncias sobre el voto electrónico (gente que fue a votar, falló el sistema y terminó metiendo en la urna un voto en blanco, gente cuyo voto no coincidía con lo que habían presionado en la pantalla, etc.), hay una cuestión evidente de números. Alfredo Olmedo dijo que, en 2013, él ganó en Rosario de Lerma como candidato a Senador, sin embargo, en esta elección, el candidato a intendente del Frente Romero + Olmedo se impuso en la ciudad, en tanto que la fórmula gubernamental terminó perdiendo ante el oficialismo. ¿Acaso los rosarinos se desenamoraron de Olmedo para apoyar nada más y nada menos que a Urtubey?

Veamos los números de 2013: en las PASO, Olmedo obtuvo el 19,84% y Romero el 21,86% de los votos válidos; en las generales, en cambio, el primer candidato consiguió el 22,64%, en tanto que el segundo hizo el 24,57%. Romero + Olmedo fueron la primera opción del 41% del padrón salteño. ¿Cómo puede ser que juntos pierdan 8 puntos?

Probablemente a más de un votante le cayó mal la alianza entre dos hombres tan disímiles como Romero y Olmedo. Pero dudo que los romeristas hayan abandonado a su candidato por juntarse con Olmedo: Olmedo representa un conservadurismo moral que promueve la vida, el orden, la familia, la seguridad y la paz; probablemente haya algún homosexual romerista o algún ultraliberal que esté en contra del discurso olmedista, ¿pero necesariamente esa persona apoyaría a Urtubey, un candidato también conservador en muchos aspectos? 

Los romeristas que abandonaron a su líder por vincularse a Olmedo se deben contar con los dedos de la mano. Si algo ha hecho Romero a lo largo de su carrera como político ha sido la de incorporar gente de todo color y pelaje a sus filas, por lo que Olmedo lejos está de ser una rara avis en un armado romerista.

Ahora bien, quienes si pudieron haber rechazado la fórmula son los votantes de Olmedo. A Olmedo lo apoya el pueblo trabajador salteño –que lo ve como un hombre al que pueden acceder– y un sector de la clase media antikirchnerista que, si bien puede ser que no esté de acuerdo con la retórica olmedista, lo consideran un hombre honesto, que hizo su fortuna trabajando en lo suyo y no extrayendo dinero del Estado. Esa gente –me refiero, claro, al segundo grupo– pudo haberse inclinado hacia Urtubey para evitar el regreso de Romero. ¿Pero la sangría del voto olmedista anti-romerista es tan grande como para abarcar ocho puntos (unas 50.000 adhesiones)? ¿Hay tanta gente que aborrece más a Romero que al kirchnerismo?

Yo creo que no. Creo que las encuestas anteriores a la elección que marcaban entre un 39% y 42% para la fórmula Urtubey-Isa, y entre un 37% y un 40% para la fórmula Olmedo-Romero, son correctas.

Entonces hubo fraude.

En 2013, en esas elecciones a las que se presentaron Romero y Olmedo por separado, hubo urnas de cartón y boletas de papel. Ahora, en cambio, solamente urnas electrónicas (las urnas de cartón siguen estando, y los votos en papel también, pero son un dato anecdótico que parece que nadie quiere molestarse en controlar).

En las elecciones presidenciales de 2011 ya había acontecido algo similar: en distritos gobernados por la oposición, ganó Cristina Kirchner con comodidad. ¿Acaso los argentinos sufren de esquizofrenia política? ¿O hay otra cosa?

Salta fue parte de una estrategia. No hace falta que hable aquí de la pésima imagen que tiene el voto electrónico a nivel internacional. Lo impusieron en Venezuela y Nigeria, pero lo rechazaron en Austria y Suecia. Sin embargo no creo que vayan a imponerlo aquí, país más cercano a Venezuela que Austria. Lo que creo que van a imponer es la idea de que el kirchnerismo no está muerto.

Quiero decir el NOA no es feudal porque la gente sea pobre e ignorante, es feudal porque existe la idea de que la gente es pobre e ignorante. Ello facilita los manejos políticos, los contubernios y las prácticas fraudulentas. Cuando el tucumano Alperovich ganó con un escandaloso 78% en el 2007, fue –según una opinión muy difundida– porque sus comprovincianos son unos “negros” que “no aprenden más”. Obviamente que el tucumano no es así, pero la idea ya está instalada en el imaginario popular. Entonces un gobernador hebreo puede obtener ese resultado inverosímil sin ser cuestionado.

Tras el triunfo de Urtubey aparecieron Florencio Randazzo, Aníbal Fernández y “Wado” de Pedro, tres personajes que no habían asomado la nariz durante la campaña, ya que sólo Romero y Olmedo habían nacionalizado la elección al invitar a Massa y a Macri a que los apoyen. Los kirchneristas quieren ahora apropiarse del triunfo, pues sea fraudulento o no, es la prueba de que todavía están de pie sobre el ring. Ello es falso, claro, pero así como está muy arraigada la idea de que los tucumanos son así y asá, también buscan arraigar la idea de que el argentino es kirchnerista por naturaleza. 

El ciclo político argentino, entonces, parece no acabar nunca. La nueva república que iban a fundar quienes se oponen al actual oficialismo se enfrenta a un sciolismo enérgico y cada vez más parasitado por kirchneristas.

Imposibilitados de ser salvados como en otras oportunidades por los patriotas de las FFAA, a los argentinos sólo nos queda la rebelión ciudadana. La casta política nacional (que incluye a oficialistas y opositores) tiene miles de razones por las cuales colapsar, pero mientras la gente no reaccione, entonces seguiremos como ahora: viendo crecer a la “tramparencia”.

martes, 7 de abril de 2015

Isa tiene que renunciar

Mauro Sabbadini –un funcionario de la Municipalidad de Salta– cínicamente sostuvo que hacer denuncias como la que hizo el Diputado Provincial Carlos Zapata, en una fecha tan cercana a las elecciones, es una especie de “pirotecnia” electoral que sólo distrae a los ciudadanos y no les permite enfocarse en las propuestas. Alguien debería explicarle a este sujeto que la denuncia es gravísima, y que alcanza para que Miguel Isa renuncie a toda candidatura o, incluso, puesto político, y se ponga a disposición de la Justicia para que se aclare la situación.

Por otra parte, el propio Isa, en lugar de colaborar con la aclaración de lo denunciado, sólo atinó a criticar a Romero y Olmedo por intermedio de sandeces del tipo que los candidatos no tienen un partido (lo cual no es cierto ya que Salta Somos Todos y el Partido Conservador Popular son partidos hechos y derechos), que Romero y Olmedo se sacan la foto con Mauricio Macri pero son emisarios locales de Sergio Massa (lo cual tampoco es cierto, ya que ambos candidatos no son “soldados del proyecto” sino gente comprometida fundamentalmente con Salta, por lo que es normal su vocación de apertura y consenso), y que Romero y Olmedo no están en política para trabajar por sus ideales sino por sus intereses (lo cual, obviamente, es sólo una chicana sin fundamento de ningún tipo).

Lo que me llama la atención del discurso de Isa es que acusa a Romero y Olmedo de no jugar con las reglas de la política tradicional. Alguien debería explicarle a este sujeto que, justamente, la política tradicional es lo que empujó a Salta y al país a la ruina en la que vivimos hoy, y que sólo los cretinos que viven de la política se escandalizan que alguien no respete las reglas que ellos mismos impusieron. Entonces más que nunca hace falta liquidar la vieja política de los Isa y los Urtubey para iniciar una nueva fase republicana y democrática, que sume la experiencia de algunos como Romero y la creatividad y la capacidad de trabajo de otros como Olmedo.

La cereza del postre: el Intendente Isa, textualmente, dijo que lo que Romero y Olmedo “llaman populismo, nosotros lo llamamos inclusión”. Con esa frase dejó en claro que Isa no llama a las cosas por su nombre, sino que pretende corregir la realidad no a través de la búsqueda de soluciones sino, simplemente, cambiando el modo en el que hablamos.

Isa tiene que renunciar. Ya. Los salteños no merecemos esto.  

lunes, 6 de abril de 2015

La política de las fotos

El Secretario de Protocolo Ceremonial del Vaticano, Guillermo Karcher, confirmó hoy que el papa Francisco no se tomará más fotos con dirigentes políticos argentinos para impedir que sean aprovechadas con fines proselitistas: “No habrá más fotos”. 
“Ya lo había expresado él (Francisco) en una entrevista a un medio mexicano. No habrá más fotos con políticos”, aseguró Karcher en diálogo con El despertador de América, por Radio América. 
Varios personajes del mundo de la política se hicieron presentes en el Vaticano con el fin de poder conseguir una foto con el Sumo Pontifice. Esta clase de acciones no molestan a Francisco, a menos que se torne reiterativo: “No le gusta que abusen (de las fotos)”.
Me parece una decisión acertada. Es fácil ir hacia donde calienta el sol, pero lo verdaderamente valioso es quedarse a sobrevivir al frío.