Un poco de memoria
Circo cotidiano |
En el año 2008 muchísimos
productores rurales salieron a reclamar a las rutas y a las calles, cansados de
que el gobierno nacional abusara de ellos a través de las altísimas retenciones impositivas estipuladas para su actividad. En aquella oportunidad el multimedio Clarín decidió apoyar a los
ruralistas, dándoles amplia cobertura a sus reclamos. El episodio culminó con
la famosa votación “no-positiva” del vicepresidente Julio Cobos y el
consiguiente tambaleo kirchnerista. A partir de allí se generó una disputa entre
el kirchnerismo y el Grupo Clarín que fue creciendo con el tiempo.
Hijos de la misma madre
Compañeros de ruta |
Cuando se planteó una verdadera
división en la sociedad argentina –una división basada no en intereses
económicos sino en valores comunes– el kirchnerismo y el Grupo Clarín
coincidieron. Me refiero, claro, a momentos patéticos como la aprobación del
matrimonio entre homosexuales: en esa oportunidad la gran mayoría de los
kirchneristas (incluyendo al propio Néstor Kirchner) se inclinó por legitimar
la aberración, del mismo modo que el Grupo Clarín utilizó sus espacios para
multiplicar las voces que vendían la impostura homosexualista sin hacer
demasiado para desenmascararla. A los periodistas de Clarín, TN y Radio Mitre los vemos a diario informando sobre los
deslices y delitos de militantes y funcionarios kirchneristas; ¡que lindo
hubiese sido verlos trabajar así en contra de los elegebetistas y sus mentiras!
La oposición
automática
La actitud del Grupo Clarín
frente al asunto del matrimonio entre homosexuales, esa actitud cobarde de no
querer buscar decir la verdad o de no querer distinguirla claramente de la
niebla de mentiras que la rodea, muestra lo que en realidad es esa corporación.
Se deduce de allí que cuando los de Clarín apoyaron a los ruralistas no lo
hicieron porque fuese lo justo, lo hicieron porque era lo que les convenía en
ese momento.
Convirtiendo a la democracia en un juego de héroes y villanos |
Olmedo es de la gente de Salta, del pueblo argentino, un independiente que, según sus convicciones, valores y principios, vota a favor cuando es necesario y en contra cuando hace falta. El Grupo Clarín, inmerso en su fatal lucha contra el kirchnerismo (fatal para los que no estamos ni con unos ni con otros), no le perdona a Olmedo que no se deje controlar automáticamente, no le perdona que trabaje para los ciudadanos argentinos y no para las cajas fuertes de Herrera de Noble, Magnetto y los demás millonarios. Y si no se lo perdona a él, tampoco nos los perdona a los millones de argentinos que, a diferencia de ellos, no somos unos miserables.
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